Un ingeniero británico consigue un récord Guinness tras alcanzar los 105 kilómetros por hora con un automóvil impulsado por granos de café
El café es una bebida que cada día consumen millones de personas. Tomado con moderación, posee numerosos efectos positivos para la salud. Además, sus restos poseen algunas cualidades poco conocidas. Sin embargo, casi con total seguridad, la característica más asombrosa es que sus granos son capaces de impulsar un automóvil.
Esto es lo que, según podemos leer en el blog «Diario ecología», ha demostrado el ingeniero británico Martin Bacon, tras transformar una vieja camioneta Ford en un vehículo que funciona gracias a la energía proporcionada por lo granos secos de café.
Para conseguirlo, el equipo dirigido por Bacon modificó el motor de la camioneta, a la que han bautizado como “Bean Machine” (“Máquina de granos”), para añadirle una caldera en la que poder calentar el café necesario para su funcionamiento.
En realidad, lo que impulsa el motor es el hidrógeno generado por pajas de gránulos de café, un subproducto que se produce al tostar estas semillas y que, al calentarse, se transforma en hidrógeno y monóxido de carbono. Así, es el hidrógeno generado durante el tostado del café el que sirve de combustible al vehículo.
Pero la mayor hazaña de Bacon ha sido alcanzar una velocidad de 105 kilómetros por hora, lo que ha permitido a la “Bean Machine” entrar en el Ligro Guinness de los Récords como el vehículo más rápido del mundo con un motor impulsado por café. Sin duda, una dura competencia para el «Carpuccino», un vehículo similar que en marzo de 2010 se alzó con otro récord Guinness al recorrer los 337 kilómetros que separan Londres y Manchester impulsado solo con café.
Aunque se trata de dos prototipos experimentales que seguramente no sustituirán a los actuales motores de explosión, no cabe duda de que nuestras ciudades serían mucho más agradables si los coches expulsaran aroma a café recién tostado en lugar de malos humos.
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